Mi entrenador personal permite copiar
Nunca fui demasiado buen estudiante. Era uno de esos que deambulaba, sin pena ni gloria, entre el 4 y el 6 sin que muchos profesores fueran capaces de recordar mi nombre. Sin embargo, a veces, veía las orejas al lobo, me “ponía en serio”, estudiaba y, de vez en cuando, a lo mejor sacaba una buena nota. Ah! Esos momentos eran inolvidables!. Me gustaba dejar el examen bien visible encima de la mesa y lo torcía un poco, por si mi compañero de pupitre quería mirar mi nota así de reojo. Y es que creía que, por una vez, podía presumir de nota… pero en realidad no era eso. No presumía de nota, sino de mi capacidad de obtener resultados. Que igual parece lo mismo, pero no lo es.
Esta semana cumplo mi quinta semana con mi entrenador personal, es decir, la mitad de los tres meses que tengo concertados con Venancio. Y la verdad, es que no me ha costado demasiado llegar hasta aquí, ya que estas semanas han pasado muy rápido. Los cambios en mi día a día, como he ido contando, no han sido tan traumáticos: planificación de los entrenamientos y descanso, cambios en la alimentación y aumento de la intensidad y espíritu de esfuerzo. Los resultados, en esta vez, no van del 1 al 10, sino que se miden con la cinta métrica y se puntúan en centímetros. En 6 semanas he ganado 1,5 cm de biceps y he perdido 4 centímetros de perímetro de cintura. ¿Si eso es mucho? Pues no lo sé, pero ahora soy plenamente consciente de que no es lo más importante.
Y es que, bajo mi punto de vista, presumir de mi entrenador personal, Venancio, no es pasear por la playa, arriba y abajo mirando con media sonrisa a todo el mundo. Ni siquiera inundar las redes sociales de selfies sin camiseta. Para mí, el mejor resultado es precisamente haber consolidado la rotura de una dinámica y que el mejor resultado de ir a entrenar sea, precisamente, ir a entrenar. De ser consciente de que no tenemos que conformarnos siempre con el 4 y el 6, con lo suficiente, sino que tenemos la capacidad de poder cambiar eso.