Mi caso seguro que es como el de mucha gente. Acostumbrado al ritmo que marca la vida de ciudad, al estrés, vida sedentaría de oficina, y todo lo que ello conlleva, uno nota que va dejando de lado lo de llevar unas pautas de vida sana y hacer ejercicio físico alguno. Ante esta situación, todo lo que implique romper con la rutina y reactivar un poco el cuerpo es bienvenido. Sería aquello que dicen de «mens sana in corpore sano». Por eso cuando se me brindó la ocasión de por unos meses dejarme en manos de D. Venancio Nicolau, no lo dude.
Sé que al principio uno tiene dudas y es reticente a eso de cambiar: es dificil dejar la comodidad de estar tirado delante del ordenador por irse a entrenar. Sin embargo, poco a poco, sumado a la motivación que da el comenzar a ver cambios, uno le coge hasta gusto. Y eso que es a algo que reconozco antes me daría mucha pereza y nunca me hubiese decidido a dar el primer paso.
Por lo tanto no me arrepiento de ese primer paso y ánimo a la gente a darlo 🙂